Después de 30 años, es un logro haber hecho de San Lorenzo hogar para 1000 árboles de Guayacán Real (Guaiacum sanctum), que es la especie forestal más célebre del Bosque Tropical Seco y que está en peligro de extinción.
Permítenos contarte de esta extraordinaria especie forestal
El Guayacán Real ocupó, desde tiempos inmemoriales, un rol protagónico en las culturas indígenas precolombinas pertenecientes a la cuenca del Mar Caribe, de donde esta especie forestal es autóctona.
Las razones para ello fueron:
a) Las extraordinarias características mecánicas de su madera, en especial su altísima dureza.
b) Las propiedades de auto lubricación de esta madera, como consecuencia del aceite natural que contiene, llamado el guayacol.
c) Las propiedades medicinales que se le han atribuido al guayacol.
d) Su extraordinaria durabilidad.
Es por lo anterior que nos complace, en San Lorenzo, estar contribuyendo con acciones concretas para evitar su extinción, a través de la siembra de una importante cantidad de Guayacanes Real en su entorno natural.
Tan pronto se dió el descubrimiento de América, finales del siglo XV, el protagonismo y celebridad del guayacán real se extendió también a Europa. Su madera se convirtió en uno de los primeros “productos de exportación” del Nuevo Mundo. En Europa, esta madera fue rápida y altamente apreciada por las mismas razones que ya habían descubierto los indígenas americanos.
Lo anterior hizo del Guayacán Real, a lo largo de muchos siglos, la especie forestal más valiosa, célebre y emblemática del Bosque Tropical Seco. Con los años esta especie forestal llegó a ser declarada el árbol nacional de las Bahamas, que fue precisamente el escenario del encuentro entre la cultura europea y la americana a partir de 1492. ¡El Guayacán Real fue testigo y protagonista de este encuentro!
El Guayacán Real fue la única madera que -desde aquellos remotos siglos- llegó a comercializarse por peso, en lugar de por volumen, como todas las demás maderas. ¡Todo un reconocimiento a esta extraordinaria especie forestal!
La historia del uso del Guayacán Real por parte del ser humano es fascinante. A partir del encuentro de las culturas, y el descubrimiento de la madera del Guayacán Real por parte de los europeos, el uso de su madera se proyectó a nivel mundial.
Con el paso de los siglos, las aplicaciones de la madera del Guayacán Real incluyeron algunas tan especializadas y valiosas como su empleo en la fabricación de ejes para propelas de barcos y de submarinos nucleares.
El Guayacán Real también fue empleado en la fabricación de ejes de turbinas para centrales hidroeléctricas. Para este tipo de aplicación, donde se produce el rozamiento entre superficies, ninguna otra madera, ni ningún otro material, llegó a superar las extraordinarias cualidades de la madera del Guayacán Real.
Otros usos incluyeron aplicaciones tales como mecanismos de relojes -de excelente precisión- que eran fabricados en Inglaterra; los batones de la policía en la ciudad de Londres; o los mazos empleados por los jueces: ¡Orden en la corte!
La madera del Guayacán Real fue empleada también para fabricar los aislantes para el tendido eléctrico en la ciudad de San Francisco (California); así como los durmientes para los trenes del Canal de Panamá. En este tipo de aplicación se aprovechó la excelente durabilidad de esta madera.
También hubo aplicaciones más cotidianas, como emplear su madera para la fabricación de bolos para jugar boliche; confeccionar hermosas artesanías; o fabricar los trompos con que jugaban los niños en Costa Rica durante el siglo XX
En Costa Rica, la madera del Guayacán Real fue empleada también para fabricar los ejes de las carretas que eran jaladas por bueyes; que fue el rudimentario medio de transporte empleado para llevar a puerto el café que sería embarcado hacia Europa.
El árbol del Guayacán Real es muy hermoso, manteniéndose generalmente su follaje, de color verde intenso, a lo largo de toda la estación seca. Esta característica diferencia al Guayacán Real de muchas otras especies de árboles, propios del Bosque Tropical Seco, que botan sus hojas durante la estación seca, como un mecanismo de defensa ante la deshidratación.
La floración del Guayacán Real es muy bella, contrastando hermosamente con el verde de su follaje; al igual que contrastan el amarillo de sus frutos, y el rojo de sus semillas.









El crecimiento de esta especie forestal es extraordinariamente lento. De este lento crecimiento deriva la altísima dureza de su madera. Los árboles de Guayacán Real, que siembre una generación, no alcanzarán su edad adulta sino hasta muchísimos años después. Escasamente, los bisnietos de quien sembró un Guayacán Real, llegarán a verlo alcanzar las dimensiones propias de un árbol adulto.
Esta lenta tasa de crecimiento reduce enormemente la posibilidad -y velocidad- de su reposición. Esta característica, aunada a su altísima demanda a lo largo de muchos siglos, llegó a reducir por completo la población de guayacanes reales, tanto en Costa Rica como en el resto de la cuenca del Mar Caribe.
En Costa Rica, desde el año 1996, la especie del Guayacán Real está declarada oficialmente (Decreto Ejecutivo No. 25700-MINAE) como especie en peligro de extinción.
El comercio internacional de la madera del Guayacán Real -a nivel mundial- está estrictamente reglamentado (CITES, Apéndice II), con el objetivo de evitar su extinción a nivel global.
El Guayacán Real se ha convertido en la especie emblemática en la lucha por la preservación del Bosque Tropical Seco y sus valiosas especies forestales.
A la especie del Guayacán Real se le ha dado en San Lorenzo, desde los años iniciales del proyecto, la máxima prioridad, convirtiéndose en el ícono del proyecto. ¡Años antes de su declaratoria oficial, como especie en peligro de extinción, en San Lorenzo ya trabajábamos intensamente en la preservación del Guayacán Real!