Un guayacán real de tantos siglos de edad, que aún continúa dando flores, frutos y semillas, para perpetuar su amenazada especie, es un invaluable legado ancestral del casi desaparecido Bosque Tropical Seco centroamericano.
¡MAGÓN bien merece todos los esfuerzos para su custodia y protección! Es nuestro mayor compromiso brindárselos, difundiendo además sus hijos como preciada herencia.