El sobreviviente centenario
Es providencial que MAGÓN, con sus extraordinarias dimensiones y edad, hubiera logrado sobrevivir a la intensa tala de árboles de maderas preciosas que se dio en esta región a mediados del siglo XX. Particularmente los Guayacanes reales fueron arrasados para ser enviados a tierras lejanas.
Es por ello que, para el proyecto San Lorenzo, es un honor, y una oportunidad única, poder custodiar y preservar este extraordinario árbol para las futuras generaciones, como preciado legado ancestral.
Además del cuido de este célebre árbol, ha sido muy gratificante poder tomar sus hijos – los arbolitos nacidos bajo sus ramas- para el programa de siembra de Guayacanes Reales implementado en San Lorenzo a partir de 1993, incrementando así el legado de este extraordinario y célebre árbol.