Preservación de la abeja Melipona beecheii
Dentro de todas las especies de abejas nativas sin aguijón, propias al Bosque Tropical Seco, hay una que, desde tiempos muy remotos, ha ocupado un lugar muy especial para el ser humano: la abeja Melipona beecheii. En esta especie se manifiesta de manera especial la estrecha relación ancestral entre el ser humano y las abejas; Y esta es también una razón muy importante para dedicar todos los esfuerzos posibles a la preservación de la abeja Melipona beecheii.
En la Península de Yucatán, la civilización maya, que practicó la meliponicultura en una forma muy amplia, esto es, la crianza de las abejas nativas sin aguijón, y el aprovechamiento de su miel y de los demás productos de la colmena, tuvo a la abeja Melipona beecheii como su especie preferida.
En el idioma maya, la abeja Melipona beechei es llamada “Xunan Kab”, cuya traducción al castellano vendría siendo “Señora Abeja” o “Dama Real”. Los mayas llegaron a darle un carácter “sagrado” a esta abeja; quedando documentada la relación de esta especie de abeja con su civilización en el llamado Códice Madrid.
La civilización maya llegó a apreciar tanto la miel de la Melipona beechei, que ésta ocupó un rol muy importante en su economía, empleándose también para el pago de tributos. La historia relata que los españoles llevaron de regreso a su tierra cántaros con miel de esta especie.
Varios factores son los que pueden haber contribuido a la especial valoración de esta especie de abeja. Ciertamente, uno de ellos es el exquisito sabor de esta miel, y su utilidad como endulzante idóneo de alimentos y bebidas. También se le atribuían propiedades medicinales a este miel. Ha de haber contribuido también el hecho de que, entre las distintas especies de abejas nativas sin aguijón, la Melipona beecheii es de las que más miel producen, lo cual resulta un atributo muy valioso, aunque ciertamente su producción es muchísimo menor que la de la abeja Apis melifera.
Existe también otro aspecto muy relevante: la impresionante docilidad y mansedumbre de esta abeja. Esta cualidad permite a los meliponicultores abrir y manipular las colmenas sin el menor inconveniente.
El reconocimiento y valoración de las bondades de la Melipona beecheii no se restringió a la civilización maya, sino que se extendió también a todos los demás grupos humanos que habitaban el Bosque Tropical Seco a lo largo de la costa del Océano Pacífico en Centro América, donde esta abeja fue abundante hasta mediados del siglo XX.
Este fue el caso de los habitantes de la provincia de Guanacaste -en la cual se localiza el proyecto San Lorenzo– donde la Melipona beecheii es conocida como abeja jicote gato, por el color claro de sus ojos, o simplemente, jicote.
Hasta mediados del siglo XX, los pobladores de Guanacaste tenían colgando en los corredores de sus casas colmenas de jicote, a las cuales les extraían su miel una vez al año, y con esta miel endulzaban sus alimentos y bebidas a lo largo de los siguientes 12 meses. Los jicotes recibían el trato de apreciadas mascotas.

Toda esta estrecha relación entre la abeja Melipona beecheii con los pobladores de Guanacaste (al igual que los pobladores del resto del Bosque Tropical Seco) desapareció conforme fue avanzando la segunda parte del siglo XX. Contribuyó en forma decisiva a esta situación la intensa deforestación del Bosque Tropical Seco, que prácticamente hizo desparecer el hábitat natural de la Melipona beecheii.
La situación anterior se vio también complementada con la gran expansión, en forma silvestre, de la especie Apis melifera, la cual claramente representa una fuerte competencia por los cada vez más escasos recursos florales.
Terminó de consolidar la salida de la Melipona beecheii de la vida y cultura de estos pobladores, la gran disponibilidad en el comercio, a precios muy cómodos, de la miel de abeja proveniente de la Apis melifera, así como del azúcar refinado. Este segundo se consolidó como endulzante generalizado de bebidas y alimentos, desplazando a la miel para esta aplicación.
Los inventarios realizados por científicos en el área de Guanacaste, en tiempos recientes, muestran un gran y muy preocupante declive en la presencia de la Melipona beecheii, registrándose importantes regiones sin presencia alguna de esta valiosa especie de abeja.
Es por todo lo anterior que, dentro de los programas que se están desarrollando en San Lorenzo, nos complace mucho haber incluido un intenso programa para la recuperación de la especie Melipona beecheii (preservación de la abeja Melipona beecheii), el cual contempla:
• La siembra de plantas, arbustos y árboles idóneos para el sostén de esta especie de abeja. Esta actividad se está apoyando en nuestro propio vivero.


por las flores de los árboles de poro-poro (Cochlospermum vitifolium)




• Un cuidadoso e intenso programa de multiplicación (división) de colmenas, en cajas racionales tecnificadas, las cuales a su vez se colocan dentro de sus estructuras metálicas para su custodia y protección. Para esta actividad contamos con la colaboración de un asesor externo, el técnico Alexander Rosales, quien ha venido a recuperar el valioso y casi desaparecido conocimiento ancestral de la meliponicultura, y que entusiastamente está apoyando este programa en San Lorenzo.



Cabe mencionar que los resultados que se han ido logrando a la fecha en este programa son sumamente satisfactorios y prometedores. El desarrollo de las colmenas ha sido excelente, al igual que la tasa de división de las colmenas.
Los resultados logrados nos permiten ver con mucho optimismo el rescate de la Melipona beechei en San Lorenzo, desde donde es de esperar que se irradie hacia el resto de la región de Bahía Salinas.
Sería de gran beneficio que iniciativas similares pudieran implementarse a lo largo de las tierras que antiguamente estuvieron cubiertas por el Bosque Tropical Seco, a fin de evitar la extinción de esta valiosa especie de abeja nativa.