Soporte a la vida silvestre; procurando biodiversidad

Origen e historia del programa

El programa de soporte a la vida silvestre, y con ello, el fomento a la biodiversidad, surgió en San Lorenzo como fruto del proceso de restauración ambiental que se fue logrando.

Ha sido un proceso gradual, muy interesante, que nos ha ido enseñando muchas lecciones valiosas. Permítannos compartir esta grata experiencia:

Iniciamos el proyecto sembrando arbolitos de distintas especies forestales nativas. En sus primeros años, estos arbolitos recibieron riego, así como todos los cuidados necesarios para asegurar su sobrevivencia.

Durante las estaciones lluviosas, en el espacio comprendido entre los arbolitos sembrados, continuaban surgiendo vigorosamente los remanentes de los pastos que, por muchos años, habían cubierto San Lorenzo. Además de los pastos, surgían también algunas otras hierbas.

Al llegar la estación seca, los pastos y las hierbas se secaban rápidamente, convirtiéndose en un peligroso combustible para los incendios forestales.

Estos pastos secos, y la costumbre de la gente de la región por quemar los potreros durante la estación seca, se constituían en una combinación fatal, que amenazaba con destruir todo el proyecto en pocos minutos, como resultado de algún incendio forestal.

A fin de minimizar este riesgo, a lo largo de todos los primeros años del proyecto, nos dimos a la tarea de mantener el terreno “limpio”, cortando frecuentemente estos pastos y hierbas. Procurábamos que, al iniciar la estación seca, no hubiera presencia alguna de pastos secos.


El aspecto del proyecto, hasta ese momento, era el de una colección de árboles sembrados, en medio de un campo limpio; una especie de parque.

Aspecto del proyecto en su etapa inicial: una colección de árboles sembrados por nosotros

Pasados los primeros 15 años, el buen desarrollo alcanzado por los árboles en algunos sectores del proyecto, permitió que el eventual daño por incendios forestales se redujera. Fue entonces cuando nos atrevimos a dar el siguiente paso: dejar de cortar los pastos y las hierbas que crecían libremente entre los árboles.

El resultado de lo anterior, en términos de vida silvestre y biodiversidad, fue maravilloso. En medio de los árboles sembrados, además de los pastos, comenzó a surgir en forma natural una rica variedad de plantas, arbustos y árboles, que fueron desplazando los pastos, y atrayendo una fauna cada vez más rica y variada.

Sin duda alguna podemos afirmar que fue, en ese momento, que el proyecto dio un importante avance en el soporte a la vida silvestre y en el enriquecimiento de la biodiversidad; en consecuencia, un importante avance en el proceso de restauración ambiental.

Aspecto del proyecto al dejar de cortar la vegetación que crecía libremente entre los árboles sembrados por nosotros

Si bien la acción de dejar de cortar la vegetación, y la correspondiente respuesta de la naturaleza, no ha sido homogénea en todo el proyecto, podemos afirmar que, en general, esta respuesta ha sido sumamente positiva.

Al día de hoy, treinta años después de iniciar, aún tenemos sectores que estamos volviendo a reforestar, y, en consecuencia, son sectores donde, por varios años más, aún estaremos cortando pastos y hierbas; esto con el propósito fundamental de evitar que estos pastos y hierbas ahoguen las plantas recién sembradas.

Sector de reciente re-siembra

Otros sectores, por el contrario, ya han alcanzado el aspecto y las características propias de un incipiente bosque secundario.

Sectores de San Lorenzo que van adquiriendo la condición de bosque secundario

El retorno de la fauna al proyecto ha sido gradual. A manera de referencia, pasaron más de 20 años para que unos pocos monos cariblanco (Cebus capucinos) hicieran sus primeras visitas al proyecto. Hoy en día, tenemos una manada grande de ellos viviendo prácticamente todo el año.

Mono cariblanco (Cebus capucinos) en San Lorenzo

Lo mismo ha sucedido con muchas otras especies de animales. Es notorio cómo el hermoso canto de las aves aumenta año con año.

En este video se captan sonidos ambientales en San Lorenzo,
con el canto de los pájaros, tomado justo al final de la estación seca

Interesantes y valiosas lecciones de la experiencia de San Lorenzo

Lo que hemos visto -y aprendido- en el proyecto, es que los árboles sembrados, como parte del programa de eco-reforestación, se convirtieron en una costosa y necesaria primera generación de árboles, que hizo posible, aceleró, y enriqueció, el proceso de restauración ambiental.

Esta primera generación de árboles ha traído toda una serie de beneficios ambientales muy valiosos e interesantes:

a. La siembra de arbolitos, de diversas especies nativas, traídos desde viveros forestales lejanos -pero siempre dentro del mismo Bosque Tropical Seco-, permitió la reintroducción al sitio del proyecto de valioso material genético.

Es claro el beneficio ambiental de esta reintroducción de especies nativas, muchas de las cuales ya no estaban presentes en kilómetros a la redonda del proyecto.

Este impacto positivo, generado por la reintroducción, se multiplica a partir del momento en que estos árboles crecen y comienzan a dar frutos y semillas, difundiendo y perpetuando así su especie.

Adquisición de arbolitos de especies nativas en viveros rurales

b. Las ramas, hojas y frutos de esta primera generación de árboles, se convirtieron en un atractivo para la fauna de la región, muy particularmente para las aves; así como también, para mamíferos tales como las ardillas y los monos.

Esta atracción de la fauna tiene un efecto sumamente valioso en el proceso de restauración ambiental, ya que esta fauna, a su vez, suele traer consigo -dentro de su tracto intestinal- semillas de una gran variedad de plantas, arbustos y árboles visitados anteriormente, y en los cuales comieron sus frutos.

Esta fauna trae -importa- semillas al proyecto. Este es en alto grado el origen de la rica biodiversidad que hemos visto surgir, en forma silvestre, bajo las ramas de la primera generación de árboles sembrados en San Lorenzo.

Evidentemente, esta fauna no solo importa semillas al proyecto, sino que también exporta semillas fuera de él, luego de haber comido los frutos de los árboles dentro del proyecto.

La fauna silvestre se convierte así en un agente protagónico en la dispersión de semillas, llevando a cabo un rico intercambio de semillas entre el proyecto y su entorno (al igual que lo hace el viento en el caso de ciertas semillas).

Esta dinámica es muy valiosa, porque extiende el impacto del proyecto más allá de sus límites. Esta dinámica permite irradiar el impacto positivo del proyecto sobre su entorno. El proyecto se convierte así en un “buen vecino” en su zona.

c. Esta primera generación de árboles sembrados crea, a su vez, un ambiente mucho más propicio, mucho más hospitalario, para la germinación y el crecimiento de plantas, arbustos y árboles. Esto se logra a través de:

  • La sombra proyectada sobre el suelo, por las ramas y hojas de esta primera generación de árboles; lo que permite regular la radiación solar y evitar hasta cierto punto la rápida y extrema deshidratación del suelo.
  • La protección contra vientos excesivamente fuertes, gracias a la barrera rompevientos que representan estos árboles.
  • El mejoramiento de las condiciones del suelo, gracias a la capa de material vegetal que se va formando sobre el suelo por el desprendimiento de ramas y hojas. Este proceso se ha dado en forma diferenciada según las especies de árboles.
Capa de material vegetal, sobre el suelo,
que se va formando como resultado del desprendimiento de hojas y ramas de los árboles sembrados
  • Entre los beneficios de esta capa de material vegetal se encuentra el atrapar y fijar semillas que, de otra manera, el viento y la escorrentía se llevarían, con lo cual se promueve la fijación y germinación de las semillas.

    Todo lo anterior ha promovido el nacimiento, en forma silvestre, de arbolitos -con muy buenas características- que han logrado germinar, sobrevivir y crecer, sin que hubieran sido sembrados por nosotros, ni recibido riego alguno durante sus primeros años.
Arbolitos que nacieron en forma silvestre en sitios donde había gran acumulación de hojas sobre el suelo. Estas hojas sirvieron para fijar las semillas y les proveyeron las condiciones idóneas para su germinación y crecimiento.

En resumen, el programa de eco-reforestación, además de los beneficios directos e inmediatos, se constituye en un valioso impulso inicial, en una base, en un primer paso, que permite a la naturaleza iniciar su proceso de restauración.

Surgimiento de un bosque secundario en algunos sectores de San Lorenzo en áreas sometidas al proceso de eco-reforestación

Claro está, el proceso de restauración ambiental es un proceso dinámico, al cual le tomará muchos años alcanzar un alto grado de restauración.

Si se quiere, y visto en un horizonte de tiempo suficientemente amplio, esta primera generación de árboles sembrados se constituye en un valioso y útil “andamio” sobre el cual la naturaleza implementará, con el paso del tiempo, su proceso de restauración ambiental.

Con base en la observación anterior, que nos ha permitido constatar en el sitio el valiosísimo aporte de la fauna silvestre en el proceso de restauración ambiental, hemos procurado la siembra de algunas especies de árboles que, si bien no son nativos, sus frutos han demostrado ser ampliamente apetecidos por la fauna silvestre -tal como es el caso del mango (Mangifera) – convirtiéndose así en grandes atrayentes de fauna, y, con ello, en aceleradores del proceso de restauración ambiental.

Es de esperar que, en algunas décadas, estos árboles ya hayan cumplido su ciclo, dejando por herencia una rica biodiversidad.

El proceso mencionado anteriormente fue lo que aconteció en el extremo Sur-Oeste de San Lorenzo, con un área originalmente destinada a una pequeña plantación de mangos, y que hoy en día es un área con una rica diversidad de especies forestales nativas, que surgió en forma silvestre bajo las ramas de estos mangos.

El resultado de lo anterior es el surgimiento de un bosque secundario, con una creciente biodiversidad, la cual se constituye a su vez en un atractivo para atraer cada vez más biodiversidad.

Se genera así un valioso círculo virtuoso ambiental, gracias al impulso inicial dado por el programa de eco-reforestación.

Surgimiento de una rica biodiversidad bajo las ramas de los mangos

Claro está, hemos tenido que intervenir para controlar el surgimiento de determinadas especies que, sin nuestra intervención, tienden a ser invasivas y convertirse en verdaderas plagas.

Esto se ha dado tanto con algunas especies nativas, tales como el cornizuelo (Acacia collinsii), así como también especies exóticas tales como el nim (o neem) (Azadirachta indica).

El sub- programa de los abrevaderos

El programa de apoyo a la vida silvestre ha incluido también otra actividad, con resultados igualmente positivos e interesantes: nos referimos al establecimiento de pequeños abrevaderos en el proyecto.

Se trata de la colocación de pequeñas bateas, construidas en concreto, las cuales se han colocado en distintos puntos del proyecto, y que se mantienen llenas con agua fresca a lo largo del año.

Resulta conmovedor ver los animales llegar sedientos a tomar agua en estas bateas cuando ya no quedan otras fuentes de agua fresca en la zona.

Aves y mamíferos son frecuentes visitantes a los abrevaderos

Conforme avanzan los duros meses de la estación seca, estos abrevaderos se constituyen en la única fuente de agua para la fauna, ya que el río cercano a la zona: el Río Salinas, así como otros pequeños cauces de la zona, van secándose por completo.

El llevar agua hasta cada uno de estos abrevaderos, al igual que la dotación de agua para los sistemas de riego, ha implicado un importante trabajo e inversión en sistemas de extracción de agua desde el subsuelo, y su conducción hasta los distintos puntos de San Lorenzo.

La protección y resguardo que brindan los árboles y la vegetación, la alimentación que brindan los frutos de los árboles y arbustos, el néctar y polen que brindan las floraciones, y el agua suplida por los abrevaderos, se han venido convirtiendo en el atractivo y sostén para la presencia de una vida silvestre cada más numerosa y diversa en San Lorenzo; para una creciente y rica biodiversidad.

Cauce del Río Salinas, en la vecindad de San Lorenzo, al final de una buena estación lluviosa
Mismo sitio de la foto anterior: cauce del Río Salinas, en la vecindad de San Lorenzo, totalmente seco, conforme avanza la estación seca todos los años

¿Deseas ser parte importante del Proyecto San Lorenzo apoyándonos economicamente?

Colabore con el Proyecto San Lorenzo en sus diversas actividades de conservación y educación ambiental, le invitamos a ponerse en contacto con nosotros o a realizar una donación a continuación.

Mostrando el único resultado

Amigas y amigos de Magón

Boletín informativo del proyecto San Lorenzo